jueves, 17 de enero de 2008

La locura comunista del inconsciente colectivo

"Nuestra" alma, en función de su carácter divino, representa el puro potencial: el argumento energético para los caprichos de Dios en su eterno juego con las formas.

En locura deviene todo intento de resistirse al proceso. El verdadero gozo parece estar en ser partícipes del capricho divino.

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