viernes, 18 de enero de 2008

Joaquín

Érase una vez Joaquín quien un día despertó y vió que todo alrededor no era bueno. El mundo era gris y carente de sentido. Eso ya lo sabía, y estaba acostumbrado. Pero ese día era un vacío infinitamente más hondo, inexplicable, insoportable... A manera de sedimentos habíase depositado en su alma y calaba hasta los huesos. Habían sido numerosas las preguntas sin respuesta. -Eran básicamente las mismas-. Con las noches y con los días, éstas cesaron... lentamente...

No hay comentarios: