viernes, 18 de enero de 2008

Breve nota informativa

En otro mundo, antaño parecido a éste, tiempo ha que unos fulanos (nadie sabe cómo) se pusieron de acuerdo en cambiar el estado de cosas y solucionar de una vez por todas, y para siempre, todos los problemas...

Sintieron que era legítimo -¡y vaya que lo era!- el derecho que tenía todo individuo de disponer de las 6 u 8 horas que debía dedicar al sueño como le diera la regalada gana; siempre y cuando (y era ésta una concesión que, al menos al principio, parecía que era conveniente hacer), éstas no se dedicaran a otra cosa sino al sueño.

De manera simpática acordaron el uso de la funda de la almohada como bandera del movimiento. En la mayoría de los países, dirigentes de los numerosos bandos decían simpatizar con tan noble causa. Estaba científicamente demostrado los beneficios que las varias etapas del sueño tenían en el organismo humano y numerosos estudios de diversas fuentes coincidían en que éste podría afectar su desempeño.

La intención de esta nota es llamar la atención a la manera en que el mencionado grupo (si de verdad llegó a existir) y su ideología entraron en la consciencia colectiva. Si bien muchas de las hipótesis que se mencionan en reportes posteriores pudieran calificarse de sensacionalistas, por lo numerosas dan cuenta de la incertidumbre respecto a su origen.

¿Histeria colectiva? ¿Propaganda subliminal?
La escala global de tal acontecimiento parece contradecir toda teoría psicológica. ¿Cómo fue posible que en países donde se hablaban distintas lenguas, personas de distintos credos cobraran consciencia súbita de una libertad inédita en un ámbito donde, según decían, el sueño cumple un rol meramente regulador?

Como era inevitable que sucediese, el "movimiento" cobró un matiz subversivo.

Continuará.

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