Antes me parecía triste que la temporada en el infierno (en Caracas, Venezuela) fuera una total, irreparable pérdida de tiempo. Justificaba el tiempo perdido con la excusa de alguna experiencia en los modos de lidiar con demonios que antes daban miedo y ahora son aburridos. Preferible otros modos de estupidez o un otro círculo (externo, eso espero) del infierno.
Hace 15 años
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