lunes, 21 de enero de 2008

Impulsos

La mayor parte de nuestras motivaciones son inconscientes. Por esto, nuestros más íntimos anhelos y emociones son los más difíciles -algunos, quizá imposibles- de explicar. Suele suceder que una explicación no es tal: su propósito único es el de satisfacer la demanda de un yo consciente, racional.

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