lunes, 7 de abril de 2008

¿Tanto nadar para morir en la orilla?

Érase una vez el fin del Universo (del nuestro). Todos nos veíamos a la cara; Dios no estaba en ninguna parte... pero el Universo (o algo que parecía ser más que la suma de todos nosotros) nos recordaba en varios idiomas -y de varias maneras- lo siguiente:

Felicitaciones. Habéis llegado aquí por vuestros propios medios.

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