sábado, 22 de marzo de 2008

¿Un dios del mal gusto?

De ser cierto como la cuentan, la crucifixión fue el más grotesco espectáculo de exhibicionismo de que es capaz un dios.

¿No tenía otras maneras de hacerse obvio y darse a conocer?

¿No será que por atribuirle semejante mal gusto se molestó, abandonando al "hijo" en una cruz y causando un terremoto?

-o-

Para la crítica de los santos (F. Nietzsche, La gaya Scienza, 1882):

Para tener una virtud, ¿es menester querer poseerla precisamente en la forma más brutal, tal como la deseaban los santos cristianos, tal como la necesitaban? Aquellos santos sólo soportaban la vida por el pensamiento de que el espectáculo de su virtud llenaría a los demás de desprecio de sí mismos... Me parece brutal una virtud que tales efectos produce.

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